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Entrevista a Mohamed Alí Alí Salem

Es el derecho de un pueblo a

recuperar lo que es suyo


El representante del Frente Polisario en Argentina de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Alí Alí Salem, relata la lucha del pueblo saharaui por su independencia y autodeterminación. 

Por Laura Bitto
04.12.23

-¿En qué instancia se encuentra el proceso de lucha por la liberación Saharaui? 

-El Sáhara Occidental está pendiente de descolonización, para la Organización de Naciones Unidas (ONU). En 1960, la ONU aprobó la resolución 1514, que es el derecho a la descolonización de los pueblos. Desde 1963 el Consejo de Seguridad, específicamente en relación al Sáhara, viene instando a España a que la descolonice. España se ha retirado sin descolonizar y entregó el Sáhara a Marruecos y a Mauritania, y esos dos países se han repartido el territorio. Para la Unión Africana (UA), el Sáhara Occidental es un Estado soberano como todos los demás países, invadido por Marruecos. Al mismo tiempo, hay 84 países en el mundo que reconocen a la República Saharaui. 

-El conflicto con Marruecos lleva años ¿Por qué?

-Porque el Sáhara Occidental, luchó primero contra España, que se vio obligada a retirarse a los dos años. El 31 de octubre de 1975 empezó la guerra contra Marruecos. Mauritania solo estuvo dos años y se retiró, reconoció el derecho a que tengamos nuestra tierra y firmó un acuerdo de paz, dos años después reconoció la RASD. Con Marruecos fueron 17 años de una encarnizada guerra, pasados 14 años Hassan II levantó la bandera blanca diciendo: “si los saharauis paran la guerra yo garantizo un referéndum de autodeterminación”. Entonces, creímos en la buena voluntad de la ONU y de la Organización de Unidad Africana (OUA), que es coautora del plan de paz, que es justo, equitativo, y cuyo objetivo era la autodeterminación del pueblo saharaui. Entró en vigor en 1991 y constaba de las siguientes etapas: primera, despliegue de cascos azules y misión de la ONU para la celebración de un referéndum en el Sáhara Occidental. Segunda, confección del cuerpo electoral teniendo como base el último censo elaborado para España en 1974. Después de configurar el cuerpo electoral, el retorno de los refugiados, teniendo en cuenta que nosotros somos 200.000 refugiados en territorio de Argelia, un gran país que hemos tenido la suerte de tener como vecino y  nunca ha dejado de defender el derecho del pueblo saharaui. Luego una campaña de quince días y la votación. 

-Pero nunca se llegó a esta instancia ¿Qué sucedió?

-El 6 de septiembre de 1991 entró en vigor el plan de paz. Cese el fuego como primer punto y luego todo lo demás. Marruecos empezó a decir que no estaba de acuerdo con el censo español y que él sabe de cientos de miles de saharauis que viven en Marruecos. Después de muchos debates y muchos años, se estableció que toda persona que haya vivido cinco años continuos, diez años discontinuos, ser descendiente o ascendiente de alguien que esté en el censo; tendría derecho a votar. En el 2000, Naciones Unidas cerró el capítulo de la identificación, elaboró las listas de los votantes, un censo, una copia a los saharauis y otra a Marruecos. Nosotros la estudiamos y aceptamos, porque todos los que estaban ahí eran saharauis. Y por el mero hecho de ser saharauis votarían por la independencia. Marruecos dijo, otra vez, que no estaba de acuerdo. Y en esto tardamos casi treinta años.

-¿Qué fue lo que desató el conflicto nuevamente? 

-Marruecos construyó la muralla más larga del mundo, después de la de China, para dividir el país en dos. Comenzó en 1980 y terminó en 1986, la guerra continuó hasta 1990. O sea que no valió para parar los ataques de los combatientes saharauis. El 13 de noviembre de 2020 a Marruecos se le ocurrió la locura de disparar a unos civiles saharauis que se estaban manifestando porque habían abierto una carretera ilegal para explotar nuestro pescado, verduras, frutas, fosfato a través de multinacionales occidentales. Entonces, unos manifestantes civiles dijeron “no” y pararon quince días en la carretera, frenando ese tráfico.  Los marroquíes les dispararon, en un acto atroz. Habíamos advertido que en el momento en que Marruecos soltara un sólo disparo, aunque fuera al aire, retomábamos las armas en legítima defensa. Y no es un discurso belicista, es el derecho de un pueblo a recuperar lo que es suyo.

-¿Qué hay de fondo en esta disputa?

-El Sáhara Occidental tiene las minas de fosfato más inmensas del mundo, somos el primer productor, es de mejor calidad que el americano y se puede explotar a cielo abierto. Tenemos el banco de pesca canario-sahariano más importante y en ese mar, no hace mucho, se descubrió Telurio. Hay una bolsa inmensa de gas y petróleo en la parte del Sáhara y otra a 60 kilómetros de la frontera de Argelia. Hay diamantes en la frontera con Mauritania y también oro y níquel. Es una mina de riquezas. Marruecos va por eso. Hay mucha riqueza concentrada en un territorio de poca extensión y, por lo tanto, fácilmente explotable. 

-¿Cómo continúa esta fase? 

-La lucha está en todos los frentes, esta guerra no va a parar hasta que Marruecos salga del Sáhara, o se siente a negociar con seriedad y con un calendario preciso. Si no, esta guerra va a continuar. En el campo de batalla, el ejército saharaui y el marroquí; en la parte ocupada, la población civil, pacíficamente, va a seguir levantando la bandera saharaui, reivindicando y diciendo a los marroquíes: “sois invasores, fuera de nuestra tierra”. Y en los campamentos de refugiados seguiremos edificando nuestro país, con vistas a una independencia. La victoria será del pueblo saharaui al final. Agradecer al pueblo argentino su generosidad, su compromiso y decirles a los políticos que defender la justicia no es patrimonio de alguien en concreto, pero es el deber de todos. En 1988, Raúl Alfonsín y Dante Caputo reconocieron la República Árabe Saharaui Democrática, Argentina podría volver a dar ese paso. 

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