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La revolución de las setas / 26.08.2023

La revolución de las setas 

 

En un fascinante cruce entre la ciencia, la cultura y la conciencia, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) abrió sus puertas a las jornadas de: "Cannabis y Enteógenos: Un Encuentro de Saberes". En un mundo en constante movimiento este evento reunió a expertos, investigadores, curiosxs y amantes de las plantas y del mundo fungi, para explorar sus variados aspectos y sus impactos en la sociedad. También para repasar los estudios nacionales e internacionales que existen sobre el acompañamiento terapéutico y el uso de esas sustancias en pacientes con depresión, trastornos de ansiedad u otros diagnósticos. 

 

Desde los pasillos académicos hasta las conversaciones en los rincones más remotos de la sociedad, las percepciones sobre el cannabis y los enteógenos han estado cambiando. Esta jornada se convirtió en un espacio de diálogo y reflexión, un portal hacia una comprensión más profunda y matizada de estas sustancias y sus implicaciones. Sin embargo, lo que marcó un hito verdaderamente único en este evento fue el encuentro entre la teoría y la práctica, así como el cruce enriquecedor entre los saberes académicos, la medicina occidental y las tradiciones ancestrales. 

 

En esta nota repasamos el lugar que ocuparon las setas en el encuentro, cómo este evento reflejó la creciente necesidad de un enfoque informado y equilibrado en torno al cannabis y los enteógenos para el bienestar (o Buen Vivir). Desde perspectivas médicas y científicas hasta aspectos sociales y culturales, buscamos adentrarnos en la riqueza de conocimiento compartido. Conversamos con Maximiliano Lofredo, psicólogo y participante del encuentro.

Un punto de fuga
Las jornadas propusieron abrir un espacio de diálogo en el ámbito académico para el análisis global acerca de Políticas Públicas entorno a la Planta de Cannabis, los Enteógenos y otras Sustancias Psicoactivas, que requieren de una revisión urgente desde la perspectiva de los Derechos Humanos para nuestra sociedad.

 

Maximiliano es psicólogo especialista en terapias contextuales, hace más de 23 años se interesa por el trabajo con enteógenos y otras sustancias psicoactivas, también acompaña procesos y hace asistencias para reducir riesgos. Las terapias contextuales son aquellas que se desarrollaron en la década de los 90 “se basan en la filosofía del del contextualismo funcional es una filosofía para fomentar la aceptación de de las emociones difíciles, en pos de que la persona pueda modificar su contexto vital a través de ciertas conductas comprometidas acercando ese contexto a sus valores a sus propios valores”, describe Maximiliano. 


Participó de las Jornadas realizadas en la UNQ y sigue sorprendido y muy agradecido por todo lo que se vivieron esos días de mucho aprendizaje e intercambio de infomación. Ante la pregunta sobre la “mala fama” que tienen los psicodélicos en la sociedad, se ríe, coincide y afirma “y si los hongos tienen mala prensa, tiene que ver con un conflicto político/económico que se generó en Estados Unidos en la década de 1960, cuando en plena guerra de Vietnam y apogeo de la contracultura, el gobierno demonizó esas sustancias e inició una serie de campañas, además de prohibirlos”.

En relación a los enteógenos, la Universidad dispuso espacios permanentes para la observación de plantas de cannabis y hongos. También talleres sobre el cultivo de hongos, la interacción psicoterapéutica de su uso, y sobre las experiencias terapéuticas con MDMA.

 

Un breve repaso sobre la historia de la terapia asistida por psicodélicos
Estas terapias implican el uso de una dosis elevada de una sustancia para tratar alguna situación que afecte la salud mental. En el mundo occidental, como comenté más arriba, este tipo de terapia dejó huellas en los años 50 y 60. El descubrimiento del LSD por parte de Albert Hoffman en 1938 hizo que las sustancias psicodélicas fueran fácilmente accesibles. Los efectos positivos de este tipo de hongo y la  facilidad con la que esa sustancia se sintetizaba generó grandes movimientos y curiosidad por su uso. En 1949, los Laboratorios Sandoz (la empresa para la que trabajaba Hoffman) comercializaron el LSD como Delysid a universidades e instituciones, para que lo probaran en sus aplicaciones clínicas. Tras este hallazgo comenzaron a realizarse cientos de investigaciones sobre los efectos de los psicodélicos. Entre 1950 y 1965 más de 40.000 pacientes fueron tratadxs con LSD. A pesar de los buenos efectos que estos tratamientos generaron en las personas que lo experimentaron, los medios de comunicación comenzaron a informar sobre las experiencias psicodélicas, a menudo centrándose en los efectos alucinantes y desconcertantes de las drogas. Esto condujo a una percepción negativa y a menudo distorsionada de las sustancias psicoactivas en la opinión pública.  Además en 1971, Naciones Unidas  realizó una convención internacional en la que estableció un marco para la regulación de diversas sustancias psicoactivas, incluida la psilocibina. Varios países tomaron medidas para clasificar los hongos psilocibios como sustancias controladas y, en muchos casos, ilegales. Esas medidas, impulsadas mayormente por países de Occidente, quedaron impregnadas  en el imaginario cultural y colectivo. Luego de esa convención que prohíbe las sustancias, el avance de las investigaciones psicodélicas se detuvo. 

 

A pesar de esta mala prensa histórica, en los últimos años ha habido un resurgimiento del interés en la investigación sobre los hongos psilocibios debido a su potencial terapéutico en el tratamiento de trastornos como la depresión, la ansiedad y de estrés postraumático. Algunos estudios preliminares sugieren que, cuando se usan bajo supervisión médica y en un entorno adecuado, podrían ser útiles para abordar estos problemas de salud mental.


A nivel nacional e internacional muchos profesionales trabajan con extractos medicinales o acompañan en estas terapias con el fin de reducir riesgos. Incluso este año, Australia autorizó el uso de la psilocibina, principio activo de los hongos “mágicos” para el tratamiento de la depresión y el estrés postraumático. 

 

Maximiliano aclara que el uso terapéutico de estas sustancias viene de antaño, muchas comunidades originarias o rituales chamánicos ancestrales se realizaban con plantas y/o hongos psicodélicos. “Lo que hay que preguntarse, no es por qué tienen uso terapéutico sino al revés porque algo que desde el principio tuvo un uso terapéutico y mucha evidencia, luego se prohibió”.


El encuentro entre la academia y los saberes ancestrales
Lo que se vivió en la Universidad de Quilmes durante las jornadas fue un hecho revolucionario. En principio porque estaba sucediendo en una casa de estudios pública, en el marco de una diplomatura. En este contexto en el que la privatización de la educación es un tema que sobrevuela en algunos discursos políticos, destacar el rol de este espacio académico es importantísimo. Además, resaltar la participación de profesionales que trabajan en la asistencia y acompañamiento de personas que consumen estas sustancias, así como investigadores que dan cuenta de sus usos y beneficios. En esa línea en el marco de las Jornadas se realizaron dos ceremonias de temazcal, un ritual que se utiliza generalmente en México y consiste de un baño de vapor con fines higiénicos, terapéuticos, espirituales y ritualisticos. Una práctica que provoca la modificación del estado, la conciencia.

 

Un ejemplo es el estudio realizado por el proyecto “La Funga” llamado “Microdosis de Hongos:Iluminando caminos para mejorar el bienestar diario”. En la investigación realizan un relevamiento de los efectos percibidos por personas que participan en tratamientos de microdosis de psilocibina. El estudio se centra en aquellos que inician la microdosis por su propia decisión para mejorar su bienestar general, adoptando un enfoque socio-antropológico que recopila datos cuantitativos a través de encuestas como datos cualitativos mediante entrevistas en profundidad. Los resultados de la encuesta indican notables beneficios en términos de ansiedad, estado de ánimo, introspección, resolución de problemas, relaciones interpersonales, creatividad y concentración. Además, se destaca que alrededor del 80% de los encuestados no experimentaron inconvenientes significativos, y entre aquellos que sí lo hicieron, esos inconvenientes no afectaron la percepción general del proceso. Lxs científicxs involucradxs en el estudio aseguran que en futuras etapas de  investigación podrían involucrar testimonios de profesionales de la salud que acompañan a pacientes en tratamientos, y explorar los beneficios en personas con diagnósticos clínicos preexistentes. 


Usos de la psilocibina 

Según Maximiliano, la mayor parte de la evidencia científica está más ligada a ciertos ciertos trastornos como depresión, ansiedad por final de la vida, por enfermedad terminal o adicciones. También hay estudios que proponen el tratamiento en algunas adicciones como tabaquismo, alcoholismo “es en lo que más se investigó, el uso terapéutico es recontra amplio”, indica el psicólogo que también advierte que hay algunos trastornos como el bipolar o la esquizofrenia sobre los que se debe tener resguardo.

Nacho Bottinelli , presidente de la Asociación Psicodélica de Argentina, es un gran divulgador de información sobre estas sustancias en el mundo y del avance en materia científica de los estudios existentes, que en su gran mayoría, son en inglés. Es por eso que las jornadas también fueron un lugar para intercambiar información, ampliar la red y el activismo en relación al cannabis y enteógenos. “No podía creer lo que estaba pasando, me sentía parte de la revolución de lo que está ocurriendo a nivel social, me siento parte protagónica porque estaba ahí compartiendo una clase a gente que tal vez nunca escuchó hablar sobre el tema”, relata conmovido Maximiliano que también integra CEPPA (Centro de Psicoterapias con Psicodélicos de Argentina)  

 

Arte y estados ampliados de la conciencia

 

En el hall de entrada de la Universidad se desarrolló una exposición de arte llamada Las Huellas del Secreto, una exposición colectiva de Arte en Estados Ampliados de Conciencia (AEAC). Un recorrido y un diálogo entre obras de diferentes artistas latinoamericanxs, provenientes de distintas culturas y lenguajes visuales, que representan, comunican y son fruto de estas experiencias. Se trató de una exposición internacional de la que participaron 26 artistas.

Se entiende al Arte en Estados Ampliados de Conciencia como aquel que se expresa a partir de una relación entre la naturaleza y  los seres humanos, atravesada e inspirada por distintas prácticas que amplifican la conciencia, ya sea con plantas, enteógenos, sustancias psicoactivas y otras técnicas. En las obras podía apreciarse la potencia de la capacidad, de esos artistas,  de entramar algunos significados y sentidos de la percepción del mundo. 

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